¿Qué es, detectarlo y hacerlo rentable?
El mundo en el que te desenvuelves como artista, en lo que se refiere a modalidades, técnicas, estilos, formatos y conceptualidad es muy amplio.
Doy por sentado que en función de tu vocación y tus aptitudes ya has escogido que es lo que quieres hacer.
Tal vez hayas decidido ser escultor, o pintor, quizás se te da bien el dibujo o prefieras la fotografía o la ilustración, o te atraiga más el mundo de los esmaltes en la cerámica, o tal vez la magia de la obra gráfica o el diseño de joyas, el diseño gráfico o…¡en fín! Sea lo que sea, en lo que hayas decidido emprender lo importante es que lo tengas claro para poder crear tu obra con objetividad.
Si quieres dedicarte exclusivamente a vivir de tu vocación artística es importante que encuentres tu sitio y concretes cuál va a ser tu nicho de mercado, donde te puedas desenvolver profesionalmente con más afinidad y rentabilidad.
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Estrategias de mercado que se remontan al siglo XVII
Aunque técnica y academicamente tu formación te permita desenvolverte en varias áreas profesionales es conveniente que orientes tu carrera artística hacia una especialización de tu creatividad.
Quizás te preguntes: ¿Por qué centrarme en un sector en concreto y no llegar a todos los públicos?
La respuesta es muy sencilla: ¡para no perder el tiempo!.
Y poder centrar todas tus energías en el grupo que realmente te interesa, porque es similar a tus inquietudes estéticas y conceptuales.
En la medida que los artistas se especializan,
tienen más facilidad de encontrar un nicho de mercado propio y lucrativo.
Hablar de nichos de mercado, aunque parezca algo reciente, es una estrategia de marketing cuyo origen se puede remontar al siglo XVII, época de referencia en que se sitúa el nacimiento del mercado del arte, tal y como se entiende hoy en día.
Eso ocurrió el día en que se prescindió del mecenazgo del Papa, de los reyes o de la aristocracia y se empezó a producir en función de los gustos de la nueva burguesía que obtenía su riqueza del comercio.
“Los cuadros dejaron de actuar como objetos prueba de poder político o religioso y circulaban como parte de un patrimonio y forma de inversión”, explica el director del Bucerius Franz Wilhelm Kaiser.
Fue Rembrandt quien personalizó esta transición y como afirma Rosalía Sánchez, en su artículo “Así nació el mercado del arte”, publicado en ABC, “en la medida que los artistas se especializaban, tenían más facilidad de encontrar un nicho de mercado propio y lucrativo.”
La repercusión de esta decisión que tomaron los artistas modificó, no solo la comercialización, sino los temas y el formato, que se acomodaron al gusto de los nuevos coleccionistas.
Los artistas se fueron especializando en diversas temáticas: bodegones, paisajes, escenas campesinas o interiores familiares.
Esta especialización les favoreció al encontrar un nicho de mercado en el que podían destacar con su marca personal.
Hay que salir al mercado y saber comercializar tu obra
Hay que ser realista y conocer los entresijos del mercado para poderte mantener económicamente de tu trabajo creativo.
Puedes crear libremente tu obra personal, en la que te encuentres identificado, tanto en el aspecto conceptual como técnico, pero en una sociedad capitalista, cuyo mercado se rige por las reglas de la oferta y la demanda, tendrás que acomodar de alguna manera tus anhelos artísticos a la realidad del mercado para poderla comercializar.
Por supuesto, puedes negarte a aceptar alguna acción que condicione tu creatividad y realizar con total libertad lo que más te apetezca hacer y quieras expresar.
Esta sería la situación ideal, si además se comercializa bien y te permite vivir de tu arte.
Pero, la realidad de la gran mayoría de los artistas es que tienen que salir al mercado y saber comercializar su obra con el mismo mimo y acierto con que ha sido creada.
No hay fórmulas mágicas que, con algunas variantes, puedan servir para todos.
Hay que ser realista y conocer los entresijos
del mercado para poderte mantener económicamente
Son muchas las variables que intervienen en el mercado del arte y la situación de cada artista es diferente y, aunque pueda reflejarse parcialmente, lo que ha funcionado para unos, poco o nada servirá para otros.
En un mundo como el arte donde nunca se tiene la certeza de nada y cuyo comportamiento es muy versátil, competitivo y nada objetivo, el artista, además de creador, tiene que ser un buen estratega en la promoción y comercio de su obra.
Como se afirma en el estudio “Competencia por cantidades en los mercados de arte de México”, de J.C. Ramírez y P. Bueno, “el precio de las obras de arte incorpora elementos extraeconómicos, condensados en lo que se conoce como valor estético, que resultan muy difíciles de identificar y medir. Por eso, analizar los productos artísticos resulta todo un desafío para la teoría económica, sobre todo porque la oferta y la demanda de las obras de arte no están regidas sólo por los criterios tradicionales de costos o de ingresos sino, también, por factores culturales que no están presentes en el estudio de los bienes normales”.
Tienes que buscar tu nicho de mercado y que sea apropiado a tu línea de trabajo donde puedas promocionarla, exhibirla y venderla con acierto.
Para encontrar tu público debes tener un cierto recorrido y basarte en la experiencia en función de la producción o servicios que ofreces y la acogida que has encontrado.
Saber encontrar y definir tu nicho de mercado
No será fácil definir con acierto tu nicho de mercado o sector en el que desenvolverte si no tienes una mínima trayectoria y si aún no sabes bien como y donde te identificas mejor como artista.
Para encontrar esta tribu es necesario que primero te conozcas a ti mismo a nivel artístico y personal y analices que les vas a ofrecer.
Igual que en cualquier otro sector de la sociedad en que uno pueda desenvolverse profesionalmente, en el que tu elijas tendrás que convivir y competir con otros colegas para conseguir espacios donde exponer y cuotas de mercado donde vender.
No te engañes, se honrado y sincero contigo mismo.
Corrige tus debilidades y descubre cuál es tu lado fuerte para potenciarlo creativamente, mostrarlo y agrandar tu espacio en el nicho (tribu) que hayas elegido.
Observa y analiza con exactitud a sus integrantes para no moverte a ciegas.
Estudia sus gustos, problemas comunes, inquietudes, aficiones, poder adquisitivo, capacidad de influencia… en fin, todo lo que puedas, para poder acertar en tu oferta.
Cuanta más información obtengas más fácil te será poder conectar con el sector y saber si es el idóneo para recibir tu trabajo.
Tan pronto hayas concretado cual va a ser tu nicho de mercado en el que te vas a desenvolver, debes fomentar tu marca personal a todos los niveles, mostrando tu obra, dejándote ver, mantener contactos, relacionarte con otros artistas, acudir a exposiciones y actos culturales… y todo lo que se te ocurra.
Así es que le debes dar la importancia que se merece el buscar un sector de la sociedad en el que puedas centrar tu atención, después de analizarlo en su comportamiento, compararlo con tu oferta y definirlo adecuadamente como destinatario de tu creatividad
Las acciones que realices de promoción deben ser las apropiadas para preparar el terreno y crear la demanda a medio y largo plazo.
Las tres acciones principales en las que tienes que incidir son las siguientes:
- No pongo en duda que tu capacidad expresiva te permite ser un artista multidisciplinar, pero debes reflexionar y concretar en que área o disciplina destacas particularmente y se te da mejor que otras.
- En función de tu elección selecciona el nicho de mercado que consideres adecuado, después estúdialo y conoce si tiene una demanda aceptable, que es de tu agrado y que sus gustos y preferencias son afines o próximos a los tuyos.
- Descubre a tu “cliente ideal”. (por ejemplo, no puedes crear pensando en un mercado vanguardista y también querer satisfacer al sector conservador). Por lo tanto, partiendo del potencial de tu oferta diseña al “cliente ideal” que pueda interesarse por tu arte. En todo lo que conozcas de él se basará tu estrategia de marketing, porque una vez creada tu obra también debes saber comportarte como vendedor. (ver artículo “Por amor al arte seré también empresario, además de artista”).
Focaliza primero la promoción y después comercializa tu obra
“Tradicionalmente, han sido las galerías quienes predisponían a los coleccionistas a adquirir determinadas firmas.”- escribe Emilio Ferrer, en puromarketing.com – “No obstante, los productores de arte han aprendido a desenvolverse por sí mismos a la hora de implementar el valor de sus obras. En un negocio tan voluble y competitivo, donde nunca se tiene la certeza de si algo es bueno o malo, caro o barato, el artista es un estratega significativo a la hora de poner precio a sus creaciones. Y si juega bien sus bazas, ni siquiera precisará estar muerto para revalorizarse”.
Marca tu propio plan de trabajo según tus preferencias, pero para descubrir a tu “cliente ideal” puedes hacerte una batería de preguntas similares a las que te señalo a continuación:
– ¿Por qué le puede interesar mi producto o servicios?
– ¿Qué valor añadido aporta mi trabajo en relación a los demás?
– ¿Su poder adquisitivo es adecuado a mis tarifas?
– ¿Cómo puedo acceder a él o a su área de influencia?
– ¿Qué proyección puede aportarme?
Si no consigues identificar al “cliente ideal” como destinatario de tu trabajo seguro que perderás el tiempo y dinero.
Tu estrategia de promoción y comercialización no será la adecuada y si consigues clientes serán esporádicos y poco apropiados para tenerlos con continuidad.
Sin embargo, cuando has seleccionado y delimitado bien el sector y conoces el perfil de sus integrantes consigues:
- Acertar en tu oferta porque el mensaje que transmites será el apropiado y en el lugar adecuado.
- Tendrás seguridad a la hora de trabajar, porque lo harás confiado en que tu obra tendrá una acogida mayormente favorable.
- Reducirás las posibilidades de moverte en un mercado tóxico y no adecuado a tu productividad consiguiendo con ello vender más y mejor.
El arte es un negocio y el artista tiene que implicarse en su comercialización
La cuestión está clara; es saber focalizar la promoción primero y después la comercialización de tu trabajo, porque si intentas llegar a todo el mundo, aunque a simple vista el mercado parezca más grande, acabarás no interesando a nadie.
Además, tendrás que invertir más tiempo y dinero que si te centras en un sector más reducido y concreto.
Si crees que todo lo que acabo de explicar no estás dispuesto a implementarlo, porque lo consideras inútil, complejo o porque no lo necesitas, lo más probable es que termines no vendiendo a nadie.
Una buena forma de validar un nicho de mercado es analizar datos
y tendencias de tus posibles clientes antes de lanzarte a emprender.
El arte es un negocio y hoy en día el artista tiene que implicarse en su comercialización.
No es fácil encontrar una galería puntera que te promocione bien o un buen representante al que le puedas delegar todo lo relacionado con la administración de tu trabajo.
Por ello, no desaproveches ninguna oportunidad que se te presente, sea en el sector de mercado que sea, donde hayas focalizado tu atención o en otras áreas donde puntualmente también pueda existir la demanda.
A continuación, te recuerdo los puntos sobre los que tienes que incidir para estabilizar la demanda de tu obra y estos son los siguientes:
- Define la modalidad artística en la que vas a trabajar.
- Encuentra el nicho socio-cultural en el que vas a moverte.
- Hazte visible y ejerce de relaciones públicas a todos los niveles.
- Busca espacios y proyectos donde mostrar tu obra.
- Comercializa adecuadamente tu trabajo, siempre negociando las condiciones y no a cualquier precio.
Recuerda que lo fundamental es fomentar la oferta a todos los niveles para que provoque, con el tiempo, una demanda estable de tu arte y te permita trabajar exclusivamente dedicado a él y también poder vivir de él.
Autopromocionarse en Internet
A día de hoy, la mayoría de los artistas tienen presencia en internet, bien sea a través de su página, de las redes sociales, del blog o en algún marketplace especializado.
No voy a ocuparme en este artículo si es más conveniente tener presencia a través de una plataforma gratuita o hacerlo con un website propio y de pago.
Lo que aquí importa es estar en la Red y hacerlo de la forma correcta: actualizando el contenido, preocupándote de que todo funcione y que el usuario pueda navegar por tu web de manera fácil e intuitiva.
Mantener estas condiciones es primordial para tu imagen, pero por sí solo no basta para generar tráfico de calidad y que te sea rentable estar en Internet (ver artículo “30 sitios donde puedes vender tu arte por internet”).
Tienes también que saber buscar “tu nicho de mercado” para centrar tu oferta hacia el “cliente ideal” y que no se diluya tu esfuerzo y el dinero que hayas invertido en el maremágnum online.
Como artista, muy bien sabes que en el mundo físico un porcentaje muy relevante del éxito que puedas tener es conocer a las personas adecuadas.
Separa el grano de la paja y quédate solo con los suscriptores o usuarios que realmente se interesan por tu trabajo y lo valoran positivamente.
Igual que en las acciones que puedas realizar offline, una buena forma de validar un nicho de mercado es analizar datos y tendencias de tus posibles clientes antes de lanzarte a emprender, pero en el mundo online existen herramientas que te hacen esta tarea más fácil (ver como validar un nicho de mercado).
No es la cantidad, sino la calidad de los usuarios lo que hará que te sea rentable estar en internet.
En conclusión, tanto en el mundo real o por internet, delimita tu campo de acción y consigue que sea el más apropiado a tus intereses artísticos.
No diversifiques tus esfuerzos, ni pretendas abarcarlo todo.