Nacido en Santander (España), Marnay (José Antonio González) es un pintor de reconocida solvencia artística, ilustrador y retratista también, que se dio a conocer con su primera exposición individual a mediados de la década de los años 70 y desde entonces no ha dejado de cosechar el crédito de crítica y público.
De exquisita sensibilidad, siempre ha tratado de ser fiel a sí mismo, huyendo de convencionalismo o modismos, disfrutando actualmente de una consolidada trayectoria artística a nivel nacional e internacional.
Comienzo la entrevista interesándome por sus inicios y cómo fueron sus primeros pasos como artista:”con proyectos, ilusiones, trabajo, esfuerzo, sacrificios, con esperanza de futuro. Como todos los comienzos, no fáciles, pero llenos de deseos, de esperanza, de querer ser, de querer pintar; persistente y sobre todo queriendo ser pintor.”
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-¿Cómo te defines o cómo te ves a ti mismo como artista?
“Leal a mí mismo, sincero, tratando de buscar una forma personal de hacer y sobre todo sintiendo lo que hago.”
-Tu obra desprende una personalidad artística que marca la diferencia y refleja un estado de ánimo de serenidad y paz inconfundible. ¿Es esta sensación la que quieres que perciba el espectador o es el reflejo de la búsqueda constante de una aspiración personal?
“No trato de retratar un paisaje o un motivo, sino de expresar el sentimiento que ese paisaje o aquello que tengo frente a mí, me transmite.
A través de mi pintura trato de transmitir al espectador esa sensación o estado de ánimo que a mí me produce.
A juzgar por los numerosos y unánimes comentarios acerca de mí obra, expresados en distintos libros de firmas, como comentarios exteriorizados directamente, coinciden en sentimientos comunes recibidos. Definiendo la misma como serena, relajante, llena de paz, que conmueve el espíritu, que llega al alma. etc. Por lo tanto, el objetivo y fin de mi obra creo que es recibido y aceptado tal y como yo pretendo que sea. Entendiendo por mi parte, que la obra de arte si no transmite un sentimiento o no comunica algo, no cumple su objetivo.
Por otra parte, es el reflejo de aquello que de una forma constante busco en la naturaleza, donde yo me encuentro a gusto y quiero hacer partícipe a su vez a través de mi obra de ese propio sentimiento.”
– ¿Influye en ello la luz y el paisaje de tu tierra natal?
“Sin duda, trato de plasmar una luz envolvente, nostálgica, matizada y tamizada, siempre sugerente, etérea, no diáfana.Interponiendo una atmosfera siempre entre el tema y el espectador dándole un halo de sugerencia.”
– La naturaleza de Cantabria, con la lluvia, el mar y la niebla, es una constante que envuelve a tu obra en una atmósfera poética que atrae y sensibiliza a quien la observa. ¿El “enorme placer de pintar” que experimentas, lo percibirías igual en otra tierra y con otro paisaje?
“En todo caso, siempre me pondría ante un paisaje fuera el lugar que fuera y donde fuera, que me emocionara, que me inspirase y que sintiendo ese enorme placer de pintar, y esa sensación que llenándome el espíritu me llevara esa misma sensación.
En ese caso, pasándolo por mi tamiz personal, siempre lo devolvería con cierta luz envolvente.”
«Esa serena quietud que a través de mi obra quiero transmitir, ese mar que dulcemente besa la orilla, esa traslúcida atmósfera que sugiriendo sin decir del todo, trato de interponer entre el cuadro y el espectador, para que tu sensibilidad ponga la última pincelada.»(…)
– Trabajas la figuración en tu obra. ¿Qué piensas cuando oyes en determinados sectores favorables a otras corrientes que estas tendencias (realismo-figuración) son un anacronismo hoy día? ¿Acaso no se puede hacer un trabajo de investigación y de introspección con una obra realista?
“Dentro de una figuración, mi obra va a la simplificación cada vez más, tanto en concepto como en trazo. Personalmente no quiero llegar a la abstracción, quedándome y muy a gusto en unos pasos antes, siempre desde la libertad y un concepto contemporáneo del arte que trato de incorporar de alguna forma a mi obra.
Hay excesivas voces de dogmáticos y santones del Arte que menosprecian la figuración, pero el observador y crítico final es el espectador que no se deja engañar tan fácilmente.”
– Dedicarse por completo a la vocación artística no siempre es fácil conseguirlo. ¿Cuáles han sido para ti los principales obstáculos que tuviste que superar cuando decidiste dedicarte plenamente a la pintura?
“En un principio, compartí mi ilusión de ser pintor con mi carrera de funcionario del Estado -seguridad para toda la vida – inculcada por mis padres. Si bien este fue un trauma insuperable, que lleve conmigo hasta que definitivamente me liberé de esa atadura. Ese estado me permitió cierta holgura y poder hacer lo que realmente me gustaba. Igualmente, eso me permitió tener una libertad personal de comportamiento, de actitud, de libertad en definitiva, en un lugar y en otro.”
-¿Puedes explicarnos como es tu rutina diaria en el estudio? ¿Sigues un plan de trabajo preestablecido o improvisas sobre la marcha?
“Si bien a lo largo de mis años en un periodo largo me ponía, sino un horario, una rutina o necesidad de pintar, del que salían buenos resultados, todo ello solamente desde el mero hecho de trabajar diariamente, últimamente, supongo que esto será fruto de los años, y un poco más liberado de todo, me mantengo en una disciplina – anárquica. ¿Como se explica esto? pues compaginando anarquía y disciplina. En el que siendo mi único jefe y único responsable tanto de mis actos como de mis resultados me pongo a trabajar cuando es necesario para mí, si bien en los espacios de tiempo que no me pongo a ejecutar las ideas o contenidos, en definitiva a pintar, sigo plenamente trabajando mentalmente.”
– Todos tenemos referentes artísticos. ¿Cuáles son los tuyos?
“Desde los grandes pintores clásicos, hasta Van Gogh, por su sentimiento de artista, pasando por Sorolla, por el tratamiento que hacía de la luz, Turner, por su etérea forma de pintar, o Zóbel, por su simplificada y espiritual forma de expresarse.
He tratado de todos aprender algo.”
– ¿Qué aporta el arte a tu vida?
“Absolutamente todo, eje fundamental de mi vida. Una necesidad vital y una forma de engrandecer mi espíritu.”
Figura en varias enciclopedias de Arte, y diversas publicaciones especializadas se han ocupado de su obra.
– ¿Estás profesionalmente en el lugar que querías alcanzar? ¿Qué balance haces de tu trayectoria?
“Si bien no he tenido grandes aspiraciones de estar en ningún sitio, sino de ser, sí he luchado porque se me viera. Considero que habiendo grandes y mejores pintores, he tenido el eco (trabajado) y un reconocimiento, que al menos me satisface, y sobre todo de aquel espectador que emocionándose, contempla mi obra y por el que siento un profundo agradecimiento.
Estos son los que muy satisfactoriamente para mí, ponen la última pincelada a mi obra y me veo profundamente recompensado.
Por otra parte, sí siento y cada vez más, un reconocimiento y respeto, para mi gratificante.”
-¿Cómo te gustaría verte dentro de diez años, por ejemplo, o que te recordaran?
“Simplemente, contemplando una retrospectiva de mi camino donde fui fiel a mí mismo, sin adaptarme a modismos o líneas marcadas por caciques, o dogmáticos del arte, y que trabajé mucho, para bien o para mal, para llegar a lo que contemplan.”
Concluimos esta primera parte de la entrevista con Marnay, resaltando una recomendación que nos hace para ver la película “Mi obra maestra”, de Gastón Duprat, que según explica «se trata de una comedia argentina donde el arte y la amistad se entremezclan para reflejar humorísticamente el mundo en el que se desenvuelve el artista.»
Arturo es un galerista de arte encantador, sofisticado y un tanto inescrupuloso. Tiene su propia galería de arte en el centro de Buenos Aires, ciudad que le fascina desde siempre. Renzo es un pintor hosco, algo salvaje y en franca decadencia. Odia el contacto social y está al borde de la indigencia, sostenido solo por su único alumno. El galerista logra asociarse con una influyente coleccionista internacional, Dudú, y junto a ella intenta por todos los medios reflotar la carrera del pintor fracasado, pero las cosas no van al rumbo esperado. Entonces Arturo lleva adelante un plan ultimátum y muy arriesgado que puede cambiar su vida para siempre.
Mi obra maestra es una película argentina de 2018 escrita por Andrés Duprat, dirigida por Gastón Duprat y protagonizada por Guillermo Francella y Luis Brandoni.
Puedes leer la segunda parte de esta entrevista
Marnay: «El mundo del arte no solamente es caprichoso y subjetivo, sino manipulado.”
pulsando AQUI.
(Las fotos que documentan la entrevista han sido cedidas por el artista.)
Me ha parecido una entrevista muy interesante. Es un artista fiel a sus principios y su obra es de una sutileza extraordinaria. Sus marinas tienen la luz de Sorolla y están contadas con los mínimos elementos, eso hace que me atraiga mucho su obra.