Tania Izquierdo: ”Nutrirte de referentes y estar en constante aprendizaje,  imprescindible para crecer profesionalmente” - Objetivo Arte

Tania Izquierdo: ”Nutrirte de referentes, consumir arte y estar en constante aprendizaje,  imprescindible para crecer profesionalmente”

El mundo de la ilustración evoluciona constantemente y cada día se incorporan nuevos creadores con ideas y estilos innovadores.

Existe un intercambio continuo de experiencias, ya que los trabajos son compartidos en redes sociales.

La ilustración se puede ejercer desde el campo tradicional, realizándola a mano en todo su proceso, o en el terreno digital, usando las nuevas tecnologías.

Los campos en los que se recurre a la ilustración son muchos y muy variados.

Algunos ejemplos a los que nos podemos referir son la ilustración infantil, editorial, fantástica, para cine, para videojuegos, cómic, humor gráfico, de portada, para concept art, publicitaria, técnica, de moda, etcétera.

En este mundo de posibilidades creativas se desenvuelve profesionalmente Tania Izquierdo, ilustradora profesional toledana residente en Madrid.

Es una apasionada de su trabajo que se mueve entre el mundo artístico y el marketing digital.

Estudió diseño en la Universidad Complutense, especializándose en diseño gráfico y digital.

Posteriormente, amplió su formación en ilustración e hizo un máster de marketing digital.

Profesionalmente, ha trabajado como diseñadora, ilustradora y directora de arte en diferentes agencias de marketing y publicidad.

Hace año y medio decidió hacerse autónoma y actualmente trabaja como freelance, realizando encargos de ilustración, diseño de identidad de marca, web y gráfico.

Tania es una artista y curiosa incondicional, busca siempre la oportunidad de estar en contacto con otros profesionales, espacios culturales, asociaciones… que le permitan continuar conociendo gente, creciendo y enriqueciendo su trabajo.

Tania es una apasionada de su trabajo que se mueve entre el mundo artístico y el marketing digital.

– Siempre te ha gustado dibujar, pero ¿cómo fue esa primera toma de contacto con la ilustración?

Efectivamente, siempre me gustó dibujar y crear. Pero, a partir de la adolescencia, se me despertó un especial interés por la historia del arte, que fue la mecha para comenzar a querer aprender más y más del sector plástico en general. A raíz de la carrera y estudios posteriores, toda esa inquietud fue adquiriendo un sentido más profesional y derivando hacia el campo de la ilustración.

– Tienes una amplia trayectoria como diseñadora e ilustradora, trabajando tanto por cuenta ajena como por tu cuenta. ¿Te acuerdas de tu primer proyecto a nivel profesional?

Uno de mis primeros proyectos a nivel profesional, fue trabajando por cuenta ajena en Agencia EFE para la exposición del 90 aniversario de Iberia, que se celebró en Conde Duque; donde el equipo de marketing nos encargamos de realizar toda la parte gráfica (paneles, cartelería, publicidad…) de la expo.

– En un momento determinado, decidiste dar el salto y trabajar únicamente por tu cuenta. ¿Qué determinó que dejaras la agencia para hacerte autónoma?

A raíz de la pandemia y el teletrabajo, comencé a hacer más encargos por mi cuenta. Durante un tiempo, estuve en régimen de pluriactividad, trabajando por cuenta ajena 8 horas mientras estaba dada de alta como autónoma haciendo algún encargo. Eso fue una verdadera locura y altamente desaconsejable a nivel mental. Pero sí me permitió darme cuenta de que me motivaban más los trabajos que iba desarrollando por mi cuenta, ya que podía escoger y orientarlos más hacia la ilustración.

– ¿En estos dos años que funcionas como freelance, cómo defines tu experiencia profesional?

Ha sido una montaña rusa. Por un lado, ha requerido muchísimo aprendizaje de cuestiones que van más allá de la ilustración como marketing, gestión de proyectos, trato al cliente, optimización de horarios, fiscalidad, facturación, etc, etc, y que no son tan satisfactorias para mí como lo es el proceso creativo. Pero también es cierto que me ha abierto las puertas a contactos, proyectos y marcas a las que no pensé que podría llegar por mi cuenta. Me ha permitido elegir qué proyectos quiero priorizar, y todo eso, unido a la sensación de que lo que construyes es tuyo, sí que es muy satisfactorio.

 

«No puedo decir que ser autónomo sea un camino sencillo ni seguramente bueno para todo el mundo.»

-¿Se respetan los derechos de autor del ilustrador/a o, por el contrario, el cliente considera que porque es el que paga el encargo ya puede disponer libremente del trabajo?

Lo cierto es que, hoy por hoy, yo personalmente no doy cabida a que no se respeten mis derechos profesionales. Esto es algo que, por supuesto, he ido aprendiendo y mejorando con el tiempo hasta saber dar valor y preciar mi trabajo, educar al cliente, establecer condiciones y poner límites. Ni que decir tiene que antes de eso y cuando comencé a hacer algún proyecto, estando en la carrera o nada más salir de ella, cometí errores como todos y acepté trabajos sin remuneración por visibilidad o mal pagados. Por eso es tan importante el factor educativo y la labor de instituciones, asociaciones y grupos profesionales para que entendamos que esto no es una opción y aprendamos a no dejarnos pisotear por la trampa del trabajo vocacional.

– Las posibilidades de trabajo de una ilustradora pueden ser muy amplias, ¿en qué áreas centras tu oferta?

Por ahora, mi trabajo es bastante multidisciplinar y adaptable a las necesidades de cada proyecto y cliente. Algo positivo y negativo, según para qué se mire, y un “residuo” de venir del trabajo en agencia. De hecho, especializarme más es algo en lo que estoy trabajando ahora.

-¿Se respetan los derechos de autor del ilustrador/a o, por el contrario, el cliente considera que porque es el que paga el encargo ya puede disponer libremente del trabajo?

Lo cierto es que, hoy por hoy, yo personalmente no doy cabida a que no se respeten mis derechos profesionales. Esto es algo que, por supuesto, he ido aprendiendo y mejorando con el tiempo hasta saber dar valor y preciar mi trabajo, educar al cliente, establecer condiciones y poner límites. Ni que decir tiene que antes de eso y cuando comencé a hacer algún proyecto, estando en la carrera o nada más salir de ella, cometí errores como todos y acepté trabajos sin remuneración por visibilidad o mal pagados. Por eso es tan importante el factor educativo y la labor de instituciones, asociaciones y grupos profesionales para que entendamos que esto no es una opción y aprendamos a no dejarnos pisotear por la trampa del trabajo vocacional.

– Además de hacer trabajos como ilustradora y diseñadora, tienes una línea propia de merchandising que creas personalmente y vendes. ¿Es una opción a trabajar con libertad  en lo que te gusta y no en el condicionamiento de un encargo?

La verdad es que es más una forma de permitirme probar cosas. Lo hice para ir a mercados o eventos a vender producto como artista, conocer gente y mostrar una parte de mi trabajo en otros lugares. Pero mi principal volumen de trabajo, evidentemente, no está ahí si no en los encargos de ilustración y diseño. Tampoco los proyectos que hago para otras marcas siento que coarten mi libertad creativa para necesitar ese escape. Normalmente los clientes confían bastante en mi trabajo y se dejan asesorar por lo que considero mejor a nivel gráfico. Así que disfruto la mayor parte de los proyectos.

– Tienes una rutina establecida o improvisas sobre la marcha, ¿cómo es tu día de trabajo?

Honestamente, todavía me estoy organizando para tener una rutina de trabajo mejor y más eficiente. Es cierto que en los trabajos creativos es difícil tener una rutina al uso, ya que muchas veces tengo que poner mi trabajo a disposición de mi “mood” en ese momento. Sé que hay días e incluso momentos del día donde soy más creativa y estoy más llena de ideas, y otros en que estoy más tranquila y puedo centrarme en desarrollar otras cosas. En cualquier trabajo es complicado comportarnos como robots que trabajan ocho horas seguidas produciendo de forma eficiente, como las empresas a veces pretenden que hagamos, pero aún más en profesiones creativas.

– Me consta que eres una mujer inquieta profesionalmente y participas en proyectos colectivos o actividades gremiales. ¿Qué tipo de actividades mantienes con otros compañeros o fuera de tu estudio?

Pertenecer a grupos es súper importante, y una de las cosas que más recomiendo. Pertenecer a asociaciones y estar en contacto con otros profesionales es una de las cosas más enriquecedoras, ya que normalmente nuestra profesión es bastante solitaria. Por ejemplo, como socia de APIM (Asociación Profesional de Ilustradores de Madrid), colaboro junto con otros compañeros y compañeras en organizar actividades culturales, exposiciones colectivas, etc, y he podido aprender mucho de ello.

– Además de la relación personal, ¿qué aporta la experiencia de pertenecer a una comunidad profesional?

En mi caso, además de conocer a personas maravillosas y con intereses afines, ha sido muy útil formar parte de una asociación, por ejemplo, a la hora de recibir asesoramiento profesional, en tema de contratos y derechos de propiedad intelectual. Pero, sin duda, lo que más me ha aportado es el darme cuenta de la necesidad de luchar por mejorar la profesión y el reconocimiento de los artistas, y sentir que puedo contribuir un poquito a esa lucha.

-Normalmente, ¿tu clientela está dentro de un sector determinado o es de carácter general, en función del trabajo puntual que pueden encargarte?

Mi trabajo es bastante multidisciplinar, lo que hace que los clientes me lleguen de lugares diversos. Sí es cierto que, por ahora, en su mayoría son pequeñas o medianas marcas y clientes particulares.

– ¿Cuáles son las modalidades o trabajos que más demanda tienen en la actualidad?

Pues, honestamente, no te podría decir. Personalmente creo que hay algunos sectores creativos que están en auge, como por ejemplo el mundo del tattoo. Sin embargo, tampoco tengo toda la verdad ni conozco muchos otros sectores para poder comparar y aportar datos objetivos, más allá de mi opinión.

– ¿Qué técnicas utilizas habitualmente? ¿Prefieres alguna en concreto?

En el ámbito laboral no suelo priorizar una técnica, si no que intento ponerme un poco al servicio de lo que creo que el proyecto necesita. La técnica y estilo que considero puede encajar más con cada uno, aunque siempre intente darle mi visión personal. También intento permitirme probar mucho y mezclar técnicas digitales y tradicionales. En mi trabajo más personal, sí que utilizo principalmente la acuarela, ya que soy una persona muy nerviosa y es la técnica que siento que me calma y me focaliza más.

– ¿Qué requisitos consideras necesarios para ser un buen ilustrador/a?

 Nutrirte de referentes, consumir arte y estar en constante aprendizaje, creo que son factores muy importantes para enriquecer y ampliar tus miras. También tener autocrítica para poder ser consciente de tus puntos fuertes y débiles y poder mejorar tu trabajo. Pero, lo más importante, creo que es la capacidad para convivir con la frustración. En el mundo de las redes sociales y la sobreexposición a estímulos, resulta casi imposible evitar comparar tu trabajo con el de los demás, y es muy importante conseguir que eso no te limite o te haga sentir impostor.

– El tener que darse de alta para poder facturar es un problema para la mayoría de profesionales independientes de la ilustración que no tienen unos ingresos regulares mensualmente. ¿Consideras que para legalizarse como autónoma se tendría que facilitar con unas tarifas más accesibles y adecuadas a la temporalidad laboral que significa en muchos casos trabajar por cuenta propia?

Totalmente. Considero que en España lo ponen realmente difícil y que no debería existir una cuota fija mensual, si no únicamente un porcentaje acorde a lo que cada profesional facture cada mes. Esto es algo que tenemos que luchar, entre todos, por cambiar. Yo misma tuve miedo a hacerme autónoma y estuve en pluriactividad al inicio por este motivo. No sabía si sería viable para mí y me daba miedo dejar un trabajo fijo por algo sin garantías. No puedo decir que ser autónomo sea un camino sencillo ni seguramente bueno para todo el mundo. Pero sí es cierto que a día de hoy estoy feliz de haber dado el cambio y poder trabajar con la libertad e independencia que me permite ser freelance.

«Pertenecer a asociaciones y estar en contacto con otros profesionales
es una de las cosas más enriquecedoras.»

– Las nuevas tecnologías son una herramienta valiosa para el ilustrador/a o, en realidad, son una puerta abierta para los intrusos en el mundo de la ilustración?

Considero que son valiosas; que es bueno utilizar las herramientas que tengamos a nuestro alcance para hacer más óptimo nuestro proceso de trabajo. Por supuesto, siempre manteniendo nuestra autenticidad y ética como profesionales, y nunca poniéndonos a su servicio. La verdad, es que nuestro sector ha tenido intrusismo siempre, y seguramente lo seguirá teniendo. Al final, considero que las personas que no den valor a la ilustración, simplemente no son mi público ni el tipo de clientes que me interesan.

-¿Cómo fue la transición de dibujar a mano a incorporar programas digitales a tu obra?

Ha ido un poco paralelamente, ya que me formé en programas de diseño y digitales (a nivel profesional) casi antes que en técnicas tradicionales, que era algo que hacía más para mí. Pero, a la vez, siento que todavía están más desvinculadas en mi trabajo de lo que me gustaría y sigo trabajando la forma de fusionar lo tradicional y lo digital más y mejor en mi proceso creativo.

– En los últimos años se han incorporado nuevas modalidades tecnológicas ampliando las posibilidades de trabajo.  ¿Cómo ves el futuro de la ilustración? ¿Desde tu experiencia, hacia dónde deriva?

Creo que la ilustración es un campo que, como muchos otros, te obliga a estar en continua formación. No solo porque la tecnología avanza y vas actualizándote e incorporando nuevas herramientas a tu metodología de trabajo, sino porque las propias tendencias cambian constantemente y nos obligan a renovarnos. Creo que es bueno avanzar, y me fascina ver a las nuevas generaciones de estudiantes de ilustración y diseño que parten con muchos más conocimientos y conciencia de tendencias de forma natural.

– Entiendo que la ilustración es un trabajo vocacional, ¿qué es lo que más te gusta de tu trabajo como ilustradora?

Efectivamente es una profesión muy vocacional. Lo que, en mi opinión, tiene muchas, muchísimas cosas buenas, pero también otras que debemos evitar como la sobrecarga de trabajo. Para mí, mi trabajo es un motor de vida. Cuando surge un proyecto que me ilusiona, me da muchísimas fuerzas. Esa motivación, personalmente creo que no la podría conseguir ni con todos los incentivos del mundo en un trabajo al uso en una oficina. Y esa emoción y ganas es lo más bonito para mí de mi trabajo.

– En una área profesional como es la ilustración hay que diferenciarse y conviene hacerlo con tu propia marca personal. ¿El estilo es algo que se elige o se consigue con el tiempo?

Considero que el estilo, aunque creamos que no, siempre está ahí. Muchas veces pensamos que el estilo es el “tipo de dibujo” que hacemos. Pero realmente es también cómo afrontamos un proyecto o el proceso de trabajo que cada uno seguimos para abordarlo. Es un tema de preocupación recurrente entre los ilustradores, de modos muy diferentes y curiosos. Quien tiene un estilo muy concreto, normalmente lo ve como una limitación. Quien no lo tiene, busca tenerlo para destacar más en un área específica o que le identifiquen mejor. Al final, creo que es una herramienta más y que para nada debe obsesionarnos. Hay a quien tener un estilo definido le ha ayudado a trabajar y a llegar a más clientes, pero, creo que para muchas otras personas el estilo acaba siendo una cárcel. Por eso, personalmente, no creo que sea bueno dejar que nada coarte nuestra libertad artística, y al final nuestro trabajo debe estar en constante evolución y cambio.

– El trabajo del ilustrador/a no siempre se ha reconocido como debe ser, aunque su presencia es indispensable en muchos procesos. ¿En la actualidad, que todo es imagen, debería estar por parte de la sociedad más reconocida la labor de los ilustradores?

Por supuesto. La ilustración es una profesión muy desprestigiada e invisibilizada. Es algo que debemos luchar por cambiar y darle su valor desde un aspecto social y educativo.

– Por todo lo expuesto hasta aquí no cabe duda de que la ilustración es un arte. ¿Estás de acuerdo?

Totalmente. Es una profesión artística preciosa, aunque necesite ponerse en valor mucho más. Sin embargo, merece muchísimo la pena formar parte de ella y luchar por visibilizarla como se merece.

firma

(Las fotos que documentan la entrevista  han sido cedidas por la artista.)

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