para reciclar obra descatalogada
Si llevas tiempo creando artísticamente en pintura, dibujo, escultura o cualquier otra modalidad artística, seguro que tienes este problema:
Acumulas muchas obras en el estudio y no todas las consideras ya aptas para ser mostradas.
Está claro que tu criterio selectivo te induce a escoger lo mejor y desechar las que están desfasadas o que consideras mejorables.
Pensando en estas obras -entre comillas- «menores» he recopilado siete recursos que pueden servirte para aprovecharlas.
En primer lugar, quiero recordarte que cada obra tiene su cliente.
En ocasiones, las visitas al estudio o al taller se afanan en buscar por los rincones a ver si encuentran algo diferente.
Por lo tanto, te aconsejo que, si está dentro de tu línea de trabajo y no desentona del resto, retócala si hace falta, preséntala adecuadamente si es una escultura o enmárcala de nuevo si es un cuadro y ponla junto a obra más reciente. Siempre habrá alguien interesado en algún momento.
El segundo consejo es que ofrezcas esta obra con un descuento o a precio rebajado, siempre y cuando no perjudique la obra actual.
Siempre hay compradores que van buscando gangas.
Tercera opción: Si consideras que la pintura está muy desfasada de tu estilo actual o que no te convence debes aprovechar el lienzo, por lo menos.
Eso sí, si no requiere mucho tiempo la preparación del lienzo para ser usado de nuevo.
Opción número 4.
Reúne todas las obras que no vas a presentar en ninguna exposición y abre el estudio a un publico distinto al de las exposiciones, como pueden ser tus vecinos, colectivos profesionales, asociaciones o grupos selectivos.
Alternativa numero 5.
Colabora con organizaciones benéficas.
Puedes donar esta obra más antigua y, aunque la rentabilidad puede parecer nula, obtendrás difusión de tu firma, fomentarás la compra de arte y posibles clientes en el futuro.
Otra opción (6), como alternativa excepcional, es la de regalar la obra de forma desinteresada a tus familiares y amigos, por ejemplo.
Ten en cuenta que no hay mejor publicidad que la propia obra y el aprecio que tiene por ella quien la posee.
Y la opción numero 7, si ninguna de las seis anteriores alternativas es viable, la solución es muy fácil: deshazte de ella.
Destrúyela. Así de fácil.
Ahora bien, llegados a este punto se impone una reflexión: Tener el taller atiborrado de obras, más que un problema de espacio, puede que sea algo más grave: No saber como gestionar la venta.
Si esta es tu realidad te aconsejo que dediques menos tiempo a producir y preocúpate más en mostrar al público lo que tienes.
Si quieres ver el video puedes hacerlo en el siguiente enlace:
Me ha encanto el artículo, enhorabuena y gracias por compartirlo. La verdad es que es normal que pase esto pero estos consejos son muy útiles para sacar adelante esas obras. Al fin y al cabo, sería una pena tener que desecharlas.