El protagonismo de ser artista en medio de la tormenta - Objetivo Arte
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El protagonismo de ser artista
en medio de la tormenta

El arte y el artista se hallan condicionados, desde sus orígenes, por la vida social.

Los brotes del arte se pierden en el más remoto pasado de las sociedades humanas; pero las artes plásticas, por su propia naturaleza, son las que dejan las primeras huellas de ese maravilloso despertar de ser artista en el mundo de las emociones estéticas.


El artista expresa un reflejo de la cultura


En la historia del arte en Europa se ve demostrada con precisión absoluta su dependencia social en sus comienzos y en todas sus manifestaciones, es anónimo, es obra del mismo pueblo; luego empieza a surgir el artista y su personalidad se destaca y se impone; pero sólo en las maneras, en los estilos, en las escuelas, porque cuanto expresa es un reflejo de la cultura dentro de la cual brilla su creatividad portentosa.

Hipólito Taine, en su Filosofía del Arte, grabó, con caracteres de ley, la condición social de la obra de arte, diciendo que “se halla determinada por el conjunto que resulta del estado general del espíritu y las costumbres ambientes”.

Pero de la influencia decisiva de lo social en el arte, no debe deducirse que las obras de arte posean carácter transitorio, valor contingente.

Cada obra maestra de cualquier rama del arte es la objetivación de una cultura, con cualidades distintivas específicas que la hacen intemporal, que la coloca en un nivel superior en el mundo de los arquetipos eternos.


La tipología del artista


Ante todo, debo advertir que los creadores de obras de arte no se distinguen de los demás seres humanos desde el punto de vista somático o físico.

Más bien la tipología del artista es del campo de la Psicología, el Psicoanálisis y recientemente dentro de la Neurociencia afectiva, Neuroestética y Neuroeducación.

Porque si aceptamos a priori, que es un ser excepcional y no podemos distinguirlo por rasgos externos, sus cualidades específicas tienen que ser, necesariamente, de carácter mental.

Desde las civilizaciones antiguas, el cerebro humano no ha cambiado en ni en su anatomía, ni en su fisiología.

Y esto significa que todo lo que diferencia a un ser humano de la sociedad actual del siglo presente, es la cultura, la educación, los valores, la idiosincrasia, de gran diferencia a la nuestra contemporánea, pero no debida a cambios genéticos en sus cerebros.

Cambios que se transmiten de pueblo en pueblo.

Y en cada cultura gracias a los códigos neuronales del cerebro y la propia epigenética en los individuos, es decir, que el ser humano, incluyendo a los artistas de toda índole, en sus tres cuartas partes es producto del entorno o medio que le rodea y el resto fundamentos genéticos.


La influencia de ser artista


Ser artista, implica ejercer gran influencia social desde los distintos ángulos de la creación artística, de tal modo que prácticamente nadie escapa a esa influencia.

En esta situación de crisis global, ante tanta incertidumbre, miedo, impotencia, depresión, ansiedad y desesperanza, es un antídoto ante el caos, la objetivación de las obras artísticas es un valor imprescindible en toda sociedad humana, pues no se concibe la vida colectiva siempre llena de trabajos, penas, angustia, dolor y sufrimiento, sin la tregua que proporciona la evasión hacia el mundo maravilloso del arte.

Ser artista, es comprometerse con elevado sentido de responsabilidad a  ser creativo, ante los desafíos y retos de la vida diaria, para poder resolverlos con pasión y convicción plena.

El ser humano en general posee un gran tesoro, mencionan los expertos en neurociencia, porque nuestro cerebro tiene esa neuro-plasticidad, que nos genera el poder de adaptarnos a los cambios y reinventarnos.

Dejando de ser víctimas de las circunstancias, despojándonos de ese hundimiento y transformándolo en un descubrimiento de motivación y convicción, a través de  creer y desear intensamente algo, imaginando aquello que deseas, para poder crear eso que imaginas alcanzar; con decisiones realistas, alcanzables y  trabajo constante, es decir, un cambio disruptivo sustancial.  


Evolucionar y abrirse a un mundo de posibilidades


El artista  también posee estos beneficios.

Conocerse así mismo, para crecer, mejorar, superarse  y evolucionar.

Estar abiertos a ese mundo de oportunidades, aunque no sean visibles inmediatamente, aunque no tengamos claro de qué manera se logrará.

Difícil superar la fase de resistencia; ante el cambio sabemos lo que perdemos, pero no lo que está por venir.

Ante la crisis, debemos evolucionar como artistas, como seres humanos, con enfoques consistentes de ayuda mutua y horizontes afines.

Ejercitándonos como seres de encuentro, en la compasión, la bondad y la generosidad.

Todo esto que les digo, no sólo es para animarlos, sino, son experiencias profundamente vividas.

El artista y cualquier ser humano pueden crear su propia realidad.   


Los valores de la responsabilidad y la cooperación


El principal valor del arte y ser artista; es la gran capacidad de humanizarnos, dejando a un lado nuestra soberbia, nuestro ego destructivo.

Ser artista, conlleva una profunda responsabilidad, a ver en el “otro” un reflejo de uno mismo, con apoyo a otros artistas y a nuestros congéneres.

No en competencia, sino, en cooperación mutua.

“No es la especie más fuerte o la más inteligente la que sobrevive, sino, la que mejor se adapta.”

Charles Darwin.

 

El ser artista, es un elemento indispensable en las sociedades humanas.

Casi no hay actividad de interés colectivo en la que no se advierta su presencia.

En sus distintas expresiones no sólo estrecha al individuo dentro de la sociedad a la que pertenece, sino que también lo liga a la tierra en que ha nacido.

La pintura, por ejemplo, reproduce, paisajes, pueblos, ciudades, calles, portones, plazas, edificios, templos, es decir, su entorno y momento histórico-social.


La influencia de las emociones


La emoción es el motor y la energía que mueve el mundo y no solamente el intelecto o la razón.

Las emociones son los mecanismos que generan nuestra supervivencia, tanto individual como de la especie.

Las emociones influyen poderosamente en la construcción de las ideas, de la imaginación, de la creatividad por la corteza cerebral asociativa y afectiva, y con ellas el razonamiento, los sentimientos y pensamientos.

Las ideas e imaginación ya se construyen con una infinita policromía emocional que es personal e intransferible, como resultado del conocimiento, la cultura y las vivencias diarias experimentadas con sus congéneres.

No hay procesos cognitivos, procesos mentales, sin la emoción.

El genio irrumpe en forma impredecible ante la sorpresa del mundo y muy excepcionalmente, algunos artistas están dotados para expresarse en dos o más medios artísticos; Miguel Ángel, además de ser escultor genial, fue pintor, arquitecto y poeta; Leonardo Da Vinci fue ingeniero, escultor, arquitecto, pintor y sabio italiano, y así podría mencionar otros casos.

Aunque debemos admitir, que no existe fórmula que garantice la consecución de una obra maestra.

Los grandes artistas son escasos y los que por lo general nos preocupan más son la multitud de artistas de diferente talla que integran un grupo de trabajo en cada país, compuesto de evidentes si bien limitados talentos, y quienes por razones de clase o limitaciones de sexo y prejuicios políticos o filosóficos miran la vida a través de un reducido lente; quienes nunca suscitarán interés a lo vivo de nuestras emociones y sentimientos, ni enardecerán nuestra imaginación al grado máximo.

“El ser humano, si se lo propone, puede ser el arquitecto de su propia existencia” como lo dijo el médico y científico español Santiago Ramón y Cajal; ser artistas y líderes de esta generación, pero no con lo que decimos, sino, con lo que vivimos y hacemos cada día.

Con nuestro ejemplo como artistas y como seres de encuentro.

Unidos en procurar el bienestar de los demás.

Donde todos, en este planeta azul, en este mundo civilizado, desprovisto de enfrentamientos y destrucción, posea un mismo objetivo en el SER y no tan sólo en el TENER una vida material, es decir, ser compasivos, ser cooperativos unos con otros, ser amables, ser generosos, ser atentos con nuestros congéneres.

Ser artistas responsables, en la toma de decisiones.


El artista como generador de unión universal


SER ARTISTA, es comprender las complejidades e inverosimilitudes de la conducta humana, e implica indagar, explorar, analizar, describir y revelar aspectos de la realidad del mundo, de la sociedad, sin perder los moldes históricos y fundamentales.

La libertad que el artista requiere no es la libertad de la voluntariedad individualista, sino libertad para desafiar a la dificultad, generando y utilizando sus recursos creativos, imaginativos e innovadores.

Además de factor de paz y de convivencia social dentro de cada sociedad, el artista a través de sus obras es generador de unión universal porque traspasa las fronteras materiales, ideológicas y espirituales (religiosas o no) de los pueblos para conectarlos en una serie de emociones y sentimientos de solidaridad y de cordialidad.

La unidad de los países y de razas, será posible a través del artista y del arte genuino e innovador, como fuerza de cohesión y de superación humanas en la consecución de ese ideal.

Bajo las sombras de esta crisis global, de tantas adversidades y problemas de donde surgen las interrogantes y son causa ineludible de polémica; abramos las puertas a la inquietud del espíritu y de la inteligencia para avizorar algunos destellos de la clara luz de un nuevo futuro.

Quizás no encontremos respuestas definitivas, pero es muy posible que en el transcurso del debate y la controversia logremos hallar la suficiente transparencia.

Y esto será ya un gran comienzo.

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Acerca de Moisés Marco Antonio Cruz, autor de este artículo:

Moisés Marco Antonio CruzEgresado de Suffield University, USA; obtuvo su Doctorado en Filosofía, especializado en Bellas Artes.

Artista versátil como dibujante, pintor, pirograbador e instructor de arte. Con una diversidad de estilos, temas, y técnicas en sus obras conocidas por su composición subyugante, dramática e impresionante.

Ganador de numerosos premios, honores y reconocimientos, por sus obras artísticas en Estados Unidos y México. Ha realizado 115 exposiciones. Dedicado a la enseñanza, difusión y creatividad de nuevas formas de expresión, en un proyecto de arte práctico-expansivo global en redes.

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