El arte como refugio seguro

En tiempos de crisis ¿es el arte un valor refugio?.

Hay quien piensa que es la opción más segura, pero no está exenta de vulnerabilidad, ya que hay que saber invertir muy bien si no se quiere correr riesgos imprevisibles.

Una obra de arte es un bien material que no desaparece y su adquisición es tangible, pero ello no significa ninguna garantía en cuanto a su valor.

Una obra de arte no puede considerarse plenamente como una inversión financiera ya que no genera intereses ni dividendos.

Es un objeto único y, en la mayoría de las adquisiciones, interviene el factor emocional del comprador, ya que el placer de poseerla es muy importante en la decisión.

La evolución de la cotización de los artistas es imprevisible en el tiempo y una obra de arte no se vende rápidamente.

Si se decide sacarla a subasta suelen transcurrir varios meses hasta que se gestiona su puesta a la venta.

Cuanto mayor sea la inversión en una obra de calidad menor es el riesgo que se corre, ya que las firmas más consagradas son siempre valores seguros.

Si se adquiere obra de artistas jóvenes el riesgo es mayor a corto plazo.

Si se consolida la firma en el mercado, con el tiempo la inversión puede ser muy rentable, al generar plusvalías mayores.

El arte contemporáneo es más sensible a las situaciones económicas y a los altibajos del mercado, mientras que las obras maestras son inversiones más seguras y trascienden las épocas de crisis.

Otro de los atractivos que pueden influir al considerar al arte como valor refugio son también los beneficios fiscales que fomenta el Estado para este sector.

En épocas de incertidumbre, entonces, ¿puede considerarse el arte como valor refugio?

Puede serlo, pero como un complemento de los activos financieros y siempre pensando en una inversión a medio y largo plazo.